Por tres meses consecutivos pruebas contundentes fueron registradas por Moisés que demuestran que el calendario Bíblico del Creador y el calendario Romano Gregoriano moderno no pueden ser uno y el mismo. Éxodo 12, 16 y 19 revelan que el día 15 del mes era un Shabbat de séptimo día (llamado también Sábado pero que no deber ser confundido con el día Sábado de la semana Gregoriana) por tres meses consecutivos, una tarea que el calendario Gregoriano es incapaz de producir. Por chocante que esto pueda ser, los fieles del Señor reconocerán esta revelación como su plena revelación acerca de la verdad del Shabbat.
La historia del Éxodo contiene una llave que desatasca el misterio calendarial del Creador. La restauración de Su Ley divina, forzosamente, tuvo que ser precedida por Sus oráculos temporales calendariales. Es aquí donde el Señor Yahuwah anuncia a Moisés cuando el Año Nuevo empezó, y cuando el mes empezó, al hablarle en Nueva Luna.
Cuarenta años después del Éxodo y el primer mes en el cual maná fue dado, cesó para siempre. Este acontecimiento monumental fue registrado por Josué con todo detalle, sellando para siempre esta verdad Bíblica como un clavo en un lugar seguro. Su registro ilustra que incluso cuarenta años después, allí permanece una continuidad perfecta con la disposición de los Shabbats en relación a las Lunas Nuevas y sus fechas correlativas del calendario del 8º, de 15º, de 22º, y del 29º.